Second Pillar of Islam Spanish language: Prayer - El Segundo Pilar del Islam: La Oración
The Second Pillar of Islam Spanish language: Prayer - El Segundo Pilar del Islam: La Oración
En el nombre de Alá, el Compasivo, el Misericordioso!"Cuanto más sabes acerca de Alá, Mahoma, el Islam, más los amas"
The Second Pillar of Islam: Prayer El Segundo Pilar del Islaam: La Oración
El Salah es el ritual diario de la oración que realizamos los
musulmanes como uno de los cinco Pilares del Islam. Se realiza cinco
veces al día por todos los musulmanes. El Salah es una veneración
especial, diferente del rezo inspirado en el momento. Los musulmanes
rezamos, o para ser más correctos, veneramos cinco veces al día:
· Entre la
primera luz del día y la salida del sol.
· Después
de que el sol haya pasado el cenit.
· Entre la
media tarde y la puesta del sol.
· Entre la
puesta del sol y la última luz del día.
· Entre la oscuridad y la medianoche.
Cada oración toma alrededor de 5 minutos, pero puede alargarse si la
persona lo desea. Los musulmanes podemos rezar en cualquier lugar limpio,
solos o en comunidad, en la mezquita o en el hogar, en el trabajo o en el
camino, adentro o afuera del hogar. Bajo circunstancias especiales, como
en una enfermedad, viaje o guerra, la oración se facilita.
Tener tiempos específicos cada día para estar cerca de Dios ayuda a los
musulmanes a tomar conciencia de la importancia de su fe, y el rol que juega en
cada momento de la vida. Los musulmanes comenzamos nuestro día
aseándonos, y luego parándonos ante nuestro Señor en la oración. Las
oraciones consisten en recitaciones del Corán en árabe y una secuencia de
movimientos: pararse, inclinarse, postrarse y sentarse. Todas las
recitaciones y movimientos expresan sumisión, humildad, y homenaje a
Dios. Las varias posturas que los musulmanes adquirimos durante las
oraciones capturan el espíritu de sumisión; las palabras nos recuerdan nuestro
compromiso con Dios. La oración también nos recuerda la creencia en el
Día del Juicio en el que tendremos que dar cuenta de nuestras obras. Es
así como los musulmanes comenzamos nuestro día. Durante el curso del día,
los musulmanes nos apartamos de nuestras preocupaciones y los asuntos
materiales por unos momentos y nos presentamos ante Dios. Esto hace que
recordemos los propósitos reales de la vida.
Estas oraciones sirven como un constante recordatorio a través del día
para ayudar a que los creyentes tengamos presente a Dios en el estrés diario
del trabajo, la familia y las distracciones de la vida. La oración
fortalece la fe, nos recuerda nuestra dependencia de Dios, y pone a la
cotidianidad en la perspectiva de la vida después de la muerte y el Juicio
Final. Cuando nos preparamos para rezar, los musulmanes miramos hacia la
Meca, la Ciudad Sagrada, que aloja la Ka’abah (el antiguo lugar de veneración
construido por Abraham y su hijo Ismael). Al final de la oración se
recita la shahada (testimonio de fe) y la salutación: “Que la paz, la
misericordia y las bendiciones de Dios sean para todos”.
La oración puede realizarse de manera individual, pero la oración
colectiva en la mezquita tiene un mérito especial. Con los rostros
orientados hacia la Ka’abah en la Meca, los orantes se colocan en línea tras el
Imam, o líder de la oración, quien los dirige al ejecutar las posturas
físicas que acompañan las recitaciones del Corán. En muchos países
musulmanes, la llamada a la oración, o Adhan, se repite en los minaretes, y
ayudado por altoparlantes el almuédano (muecín) dice:
Allahu Ákbar (Dios es Supremo),
Allahu Ákbar (Dios es Supremo),
Allahu Ákbar (Dios es Supremo),
Allahu Ákbar (Dios es Supremo),
Ash-hadu an-laa ilaaha íll-Allah (Atestiguo que nadie
merece ser adorado excepto Dios).
Ash-hadu an-laa ilaaha íll-Allah (Atestiguo que nadie
merece ser adorado excepto Dios).
Ash-hadu ánna Muhámmadan Rasul-ullah (Atestiguo que Muhámmad es
el Mensajero de Dios).
Ash-hadu ánna Muhámmadan Rasul-ullah (Atestiguo que Muhámmad es
el Mensajero de Dios).
Háiya ‘alas-Salah (¡Venid a la oración!)
Háiya ‘alas-Salah (¡Venid a la oración!)
Háiya ‘alal-Falah (¡Venid a la prosperidad!)
Háiya ‘alal-Falah (¡Venid a la prosperidad!)
Allahu Ákbar (Dios es Supremo),
Allahu Ákbar (Dios es Supremo),
La ilaaha íll-Allah (Nadie merece ser adorado excepto Dios).
El viernes es el día de la adoración comunitaria en el Islam. La
oración semanal del viernes es el servicio religioso más importante. La
oración del viernes se desarrolla de la siguiente manera:
· Se
realiza en el mismo momento en que se realiza la oración del mediodía.
· Debe ser
realizada en una congregación guiada por un líder de oración, un Imam.
No se puede ofrecer individualmente. Los musulmanes en Occidente tratamos
de arreglar nuestras tareas para poder estar presentes en esta oración.
· Más que
un día de descanso como el domingo para los cristianos o el sábado para los
judíos, el viernes es un día de devoción y de reflexión. El musulmán
tiene permitido trabajar el viernes como cualquier día normal de la
semana. Pueden proceder con sus actividades normales, pero deben
detenerlas para la oración del viernes. Después de que termina la
oración, podemos proseguir con nuestras actividades.
· Normalmente
la oración del viernes se realiza en la mezquita, si es posible. En
ocasiones, si no es posible, puede ofrecerse en un complejo, parque, etc.
· Cuando
llega el momento de la oración, se pronuncia el Adhan, el Imam se
para frente a la los presentes y da su sermón (conocido como Jutbah en
Árabe), una parte esencial del rito al cual es necesario atender.
Mientras el Imam habla, todos los presentes escuchan el sermón
atentamente hasta el final. Algunos Imames en Occidente dan el
sermón en el idioma local, otros lo hacen en árabe. Los que lo hacen en
árabe generalmente facilitan una traducción.
· Hay dos
sermones, uno se distingue del otro por el descanso breve del Imam.
El sermón comienza con palabras de alabanzas a Dios y salutaciones sobre el
Profeta Muhámmad, que la paz de Dios sea con él.
· Después
del sermón, en la oración se recita el pasaje del Corán llamado al- Fátiha,
y otro pasaje coránico a elección del Imam en una voz audible.
Esto completa la oración.
Las oraciones especiales en congregación, que incluyen un sermón,
normalmente se ofrecen a media mañana en los dos días de festividad. Uno
de ellos es inmediatamente después del mes del ayuno, Ramadán, y el otro
después de la peregrinación anual.
Aunque no es una obligación religiosa, las oraciones voluntarias individuales, especialmente durante la noche, se enfatizan y son una práctica común entre los musulmanes piadosos.
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